Mi Libro de Sueños (Relatos en Medio Oriente)

miércoles, agosto 30, 2006

UN SUEÑO EN BLANCO Y NEGRO

Para el hombre armado de la lágrima brillante. Para esa gota que por momentos pareció brillar en el adiós.






El ruido de un auto enfurecido detuvo su marcha sobre la calle mojada y fría. Un hombre ofuzcado y fuera de sus cabales descendió impaciente y desmedido. La triste lluvia goteaba en suspenso con olor a invierno en decadencia, no cesaba de caer fina, espesa y molesta sobre aquel rostro apenado y amargo como el invierno mismo.

La atmósfera se debatía en silencio entre sentimientos encontrados y recuerdos agonizantes. A pocos metros de la escena los ojos estupefactos de una mujer observaban con sigilo esa imagen humana arrasada y desvastada por la venganza y la insensatez.

Pero el tiempo corre, la vida avanza, todo pasa: la pasión, el amor, el odio, todo sigue su curso por las sendas del destino, y así el silencio logró escuchar los latidos de sus corazones vibrantes.

Luego la claridad del día gris dejó un leve y sutil reflejo en aquella sombra del hombre que acongojado caminaba con un arma en la mano, se marchaba, se alejaba, se desdibujaba cada vez más ante el asombro contenido de la mujer y su alma.

Abatido y tembloroso, él se iba, partía, se esfumaba, pero al final del camino interrumpió sus pasos y sin pensar se dió vuelta hacia ella. En ese giro lento y borroso brilló una incontenible y transparente lágrima.